Mi camino empezó cuando dejé caer el velo de las creencias.
Nuestra perspectiva es la clave para entender nuestro relato.
En este espacio quiero aportar mi perspectiva, donde la mente sólo es una herramienta que interpreta la realidad, sin más protagonismo. Cuando la transformamos a través del amor propio, le damos espacio a nuestra intuición y a nuestra voz interna.
Amarte, reconocer tu luz y tu vibración. Actuar desde allí.
Experimenta tus pensamientos, tus emociones y déjalo fluir.
Ayurveda me enseñó que al igual que es en el macrocosmos, lo es en el microcosmos. Todo lo que haces, piensas y sientes tiene una repercusión en tu realidad.
Desde su perspectiva, el universo está compuesto por los 5 elementos, por ende, nosotros estamos formados por una proporción de ésos mismos elementos:
ETER (vacío) – AIRE (movimiento) – FUEGO (transformación) – AGUA (fluir) – TIERRA (estabilidad)
Reiki me ayudó a entender que existe una energía universal disponible para todos nosotros y luego… Que nosotros tenemos nuestra propia energía vital. Sería como entender que ambas son luz, pero si a la lámpara le pones una bombilla roja o luz fría… Emitirán diferente.
Una planta medicinal que te enseña a través del corazón, que te enseña a amarte, te enseña a seguir tu intuición,… Es como si te abriera los canales sutiles y apagara la mente. Una forma cariñosa de conectarte contigo y permitirte sanar pequeñas partes de ti mismo.
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